Facultad de Psicología: «Pensar la internación como último recurso»
En el marco del COVID-19 para muchas personas que viven en Uruguay, condiciones desfavorables con las que ya convivían antes de la epidemia se tornaron aún más difíciles de salvar. Situaciones como los ámbitos familiares de violencia, precariedad laboral, vivir en calle, en instituciones penitenciarias y de salud mental, entre otras, ponen en mayor riesgo no solo la salud física sino también psicológica de las personas en este contexto. La Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar) trabaja en varias iniciativas para atender la salud mental de grupos vulnerables y el Portal de la Udelar dialogó con los docentes Nelson De León y Cecilia Baroni para conocer al respecto.
Recomendaciones para el manejo de la epidemia en instituciones de larga estadía
El Consejo de la Facultad de Psicología, aprobó una serie de recomendaciones en el marco de la epidemia para instituciones totales de larga estadía -cárceles, manicomios, residenciales colectivos de ancianos, centros de 24 horas para mujeres con niños, niñas y adolescentes-. Este documento dirigido a las autoridades nacionales y a la opinión pública, se emitió en el marco de las medidas de cuarentena adoptadas por las autoridades de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) en el Hospital Vilardebó, como respuesta ante el COVID-19 en dicha institución. El escrito, «Recomendaciones para el manejo de la epidemia de covid-19 en instituciones totales de larga estadía en el campo de la salud mental», fue presentado al Consejo de la Facultad por los docentes de Psicología integrantes de la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR).
El Portal de la Udelar consultó al docente de Facultad de Psicología, Nelson De León acerca del documento. Se refirió a trabajos académicos de distintos autores que demuestran cómo en las instituciones totales de larga estadía es muy fácil que se instalen situaciones que atentan contra los Derechos Humanos de internados y trabajadores, principalmente los más vulnerables. De León agregó que «es fundamental, como también se establece en la declaración del Consejo, la operativa de reflexionar, poner en palabras y simbolizar los efectos del impacto psicosocial que la pandemia COVID-19 va produciendo».
El documento sostiene que la medida preventiva de distanciamiento físico es muy difícil de cumplir en algunos contextos y en especial en las instituciones totales de larga estadía, en la mayoría de las que se da una situación previa de hacinamiento. Señala también que los riesgos a los que están expuestas las personas internadas en estas instituciones no son sólo físicos sino también psicológicos. En este sentido el documento expresa: «El virus se propaga a través de mecanismos biológicos. El miedo y angustia lo hacen a través de prácticas sociales -discursivas y extradiscursivas– que producen efectos en el plano psicosocial y también biológico de las personas».
En el escrito la Facultad recomienda que las internaciones en situaciones agudas se realicen en los hospitales generales, tal como lo ha planteado la Institución Nacional de Derechos Humanos y el artículo 24 de la Ley N.º 19529 de Salud Mental aprobada en nuestro país en 2017. También señala la necesidad de que los usuarios de instituciones de larga estadía cuenten con información confiable sobre su situación, a la vez que fortalezcan y estrechen el vínculo social con otros. «Esto les permitirá resignificar su situación de miedo y distanciamiento físico a la vez que lograr mayor autonomía y participación en la toma de decisiones acerca de sus vidas», expresa.
«Presencia activa» en el Hospital Vilardebó
Cecilia Baroni, docente del Instituto de Psicología, Educación y Desarrollo Humano de la Facultad de Psicología integra un equipo que lleva adelante en el Vilardebó el programa Encierro y prácticas desmanicomializantes. La docente señaló que en el marco de esta formación estudiantes realizan una pasantía en radio Vilardevoz. que tiene un abordaje de la salud mental desde una perspectiva colectiva. Esta propuesta junto con otras que llevan adelante varios institutos de la Facultad en el Hospital, permiten a los estudiantes realizar prácticas de asistencia o pasantías con intervenciones que apuntan a generar espacios de inserción laboral, social y cultural. «La Facultad tiene una presencia bastante activa en el Vilardebó además de tener las líneas de formación en grado y en posgrado», expresó la docente.
Situación previa a la epidemia
Baroni señaló que en el marco de la Ley de Salud mental se logró bajar el número de camas de internación (el Hospital pasó de tener 2000 personas internadas, al momento actual en que tiene 350 camas). Planteó que más allá de este proceso desde hace años se cuestiona el abordaje del tratamiento en el Hospital, en la mayoría de los casos solamente desde la psiquiatría, basado en psicofármacos y electroshocks. A esto se suman las condiciones edilicias y el reducido presupuesto, el edificio del Hospital data de hace más de un siglo y algunas de las salas alojan a 30 personas.
«Pensar la internación como último recurso».
La docente refirió que para llevar adelante la desinstitucionalización progresiva generaron nexos con las familias de las personas, y con dispositivos sustitutivos o alternativos como casas de medio camino o refugios para personas que lo necesitaran. Acotó que las acciones apuntaron a «pensar la internación como último recurso».
Baroni resaltó que esta línea de buscar alternativas a la internación está enmarcada en el nuevo contexto en el que se sitúa la salud mental. Manifestó: «Hoy a diferencia de otros momentos tenemos otras posibilidades, no solamente desde la medicina y la psiquiatría, que cuentan con fármacos que antes no había, sino también desde otras disciplinas como la psicología, la psicomotricidad, la terapia ocupacional, talleristas». La docente añadió que estas disciplinas: «pueden generar otras propuestas que acompañen la vida cotidiana de las personas y el transitar por procesos de los cuales se puede salir».
Hospital Vilardebó en el contexto del COVID-19
Baroni indicó que en el marco de las medidas sanitarias a nivel individual para prevenir el contagio del virus, es posible que se aumente la sobre medicación para que la gente esté «tranquila» y no deambule por salas y patios. A este riesgo se suma que al suspenderse las actividades aumentan las horas de ocio y aburrimiento. La docente consideró que la distancia física no debe implicar aislamiento. Expresó: «Los que hemos acompañado personas que han estado aisladas sin contacto con el exterior, y sin ningún medio de interacción, sabemos que las situaciones que se generan son terribles para un ser humano». Añadió que cuidando las recomendaciones para prevenir el contagio, es necesario garantizar el derecho de las personas a estar con otro, a no perder el contacto, al ocio y a tener otras actividades. En este sentido informó que una de las medidas que tomó la dirección del Hospital fue la compra de teléfonos celulares para las salas, para que las personas no perdieran el contacto con las familias ya que están prohibidas las visitas debido al foco de COVID-19 que se detectó en la institución.
Espacio de acompañamiento psicológico
Desde julio de 2019 el grupo Movilidad humana, trabajo, salud y derechos humanos del Centro de Experimentación e Innovación Social (CEIS) de la Facultad de Psicología lleva adelante el Espacio de acompañamiento psicológico para solicitantes de refugio y personas refugiadas (extensible a migrantes). La propuesta se planteó como respuesta a una necesidad detectada por la Secretaría Permanente de la Comisión de Refugiados (SP) y solicitada a la Facultad de Psicología. El equipo que lleva adelante el espacio está conformado por las docentes Karina Boggio, Yannina Fernández, Eva Bula y Claudia Gonsalves de Mesquita. El espacio se desarrolla en el marco de un convenio entre el Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (SEDHU), la Secretaría Permanente de la Comisión de Refugiados (CORE) y con el apoyo y financiación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Las personas en situación de refugio o migración conforman un colectivo con alto riesgo de vulnerabilidad de su salud psicosocial. La alta precariedad e informalidad de la actividad laboral a la que accede esta población hace que en el contexto de la emergencia sanitaria la mayoría hayan tenido una pérdida parcial o total de las fuentes de ingreso. Esto les dificulta el acceso a alimentos, a artículos de higiene, a internet (necesario para acceder a las consultas y gestionar las solicitudes de recursos disponibles), así como los coloca en el riesgo de perder el alojamiento. Asimismo las posibilidades de sufrir discriminación y racismo aumentan a lo que se le suma que por tratarse de una pandemia, afecta también las condiciones de vida de la familia de origen, lo cual potencia las tensiones que produce la situación.
El Espacio busca en líneas generales «Fortalecer las respuestas coordinadas de protección y apoyo al bienestar psicosocial brindadas a solicitantes de refugio y migrantes en Uruguay, contribuyendo a mejorar los procesos de inclusión social». Está dirigido a personas mayores de 18 años solicitantes de refugio y refugiadas como prioridad, y se extiende a personas migrantes y en situación de retorno a Uruguay. La consulta se agenda a través de un mensaje telefónico, es gratuita para las y los consultantes, y tiene una duración máxima de cuatro encuentros. Asimismo se propone brindar formación a estudiantes de Grado y Posgrado en Psicología a través de la práctica y producir conocimiento a partir de lasistematización de los materiales emergentes. En el contexto de la emergencia sanitaria el Espacio individual se adecuó y brinda atención psicológica en línea mediante videollamada.
Fuente: Web UdelaR
Giftofvision - Sneakers search engine | nike air coos womens soccer league
- Inicie sesión para comentar